12 Dec
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Desarrollo, no discriminación y educación de calidad son los principios fundamentales de acceso universal a la educación, por lo que las escuelas tienen el deber de establecer igualdad de oportunidades independientemente de las condiciones personales, sociales o culturales de sus estudiantes. En éste sentido la inclusión y la calidad con equidad intervienen positivamente en la disminución del fracaso y garantizan el acceso, permanencia y egreso exitoso de todos, en especial de los alumnos de los sectores más desfavorecidos o vulnerables debido a compromisos cognitivos.

Y es en éste aspecto e inspirados en el día internacional de las personas con discapacidad que haremos énfasis en nuestro boletín.

Asumir en serio el tema de la inclusión no es tarea fácil sobre todo en un mundo que está estructuralmente organizado para excluir.  Se excluye por diversos motivos económicos, políticos, religiosos, personales, por problemas de salud o por alguna discapacidad. En éste sentido las escuelas deben transformarse en espacios de inclusión, entendiendo que la educación inclusiva significa que todos los niños y jóvenes, con y sin discapacidad o dificultades, aprenden juntos en las instituciones educativas regulares. La inclusión tiene que ver con remover todas las barreras para el aprendizaje, y facilitar la participación de todos los estudiantes vulnerables a la exclusión.

En muchas ocasiones los maestros acudimos a lo que consideramos la solución más efectiva: referir a al niño a una escuela especial o que sea atendido en el aula integrada por la psicopedagoga del plantel y dejamos de lado todo lo que en el aula es posible hacer. Cuando tenemos en el aula un estudiante con necesidades educativas especiales es sumamente importante comprender que es un ser fundamentalmente social, con fortalezas y habilidades que solo las oportunidades permitirán conocer.

La educación inclusiva empieza en cada uno, cuando entendemos que cada ser es individual y que la diversidad es parte de la naturaleza humana. Aceptar, respetar y valorar a cada niño, potenciar sus capacidades, tener altas expectativas, comprende que las estructuras organizativas y curriculares pueden adaptarse de acuerdo a la necesidad educativa de tus estudiantes, porque lo más importante es el derecho de todos a aprender y ser mediador de aprendizajes, permitirá construir una escuela inclusiva.

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